domingo, 7 de febrero de 2010

LA ALIANZA CRISTIANA Y MISIONERA EN CHILE



HISTORIA

Fue en el mes de abril del año 1897 que arribó a Talcahuano un hombre venido de Norteamérica que marcaría fuertemente a gran parte de la sociedad chilena. Fue un hombre de principios muy definidos, convencido por nobles ideales de libertad espiritual, de pensamiento y religión. Este era Henry L. Weiss L. acompañado por su esposa y un amigo canadiense, Alberto E. Dawson, él no sólo compartía tales pensamientos sino que a su vez había prestado a Weiss el dinero para un pasaje en el barco que lo traería a nuestro medio.
Pocos años antes, Weiss había escuchado predicar al Pastor Alberto Benjamín Simpson, que instaba a llevar las Buenas Nuevas de las Sagradas Escrituras a los "lugares oscuros", en donde por causa del poco avance social, económico y cultural, muchos eran consumidos por la esclavitud de vicios, supersticiones y hechicerías, malgastando su vida, creando sufrimiento y pobreza social para ellos y para quienes les rodeaban.
Impresionado por este desafío, inicia su preparación ministerial para dar a Chile un mensaje de fe y esperanza. Quizás Weiss nunca había escuchado la estrofa de nuestro himno patrio que habla de la esperanza y promesa de "un futuro esplendor". Sin embargo, como pocos, a partir de ese mes de abril, sería uno de los que con su creencia, filosofía y pensamiento colaboraría para un futuro esplendoroso de nuestro país.
Con Weiss nace en Chile la Corporación Iglesia Alianza Cristiana y Misionera, pues a su arribo a Talcahuano decide quedarse algún tiempo en Concepción, pero pronto se dirige a Victoria a invitación de los colonos en el área, donde adquiere una propiedad para vivir y comenzar a compartir su fe y su creencia.
Dos años después se fabrica su propia imprenta y nace en Chile el primer periódico disidente de la religión establecida por el Estado, llamado "La Alianza". Y aun cuando prontamente es obligado a callar por la intolerancia de pensamiento de esa época, se las arregló para seguir imprimiendo tratados, himnarios y porciones de la Biblia, que distribuía gratuitamente. Al tiempo que debatía públicamente por los derechos de libertad de prensa y pensamiento, salía a circulación, en reemplazo del censurado "La Alianza", el periódico "La Verdad", que luego de su clausura, daría paso en 1913 a la revista "Salud y Vida" que hoy tiene una circulación a nivel mundial, llegando incluso a Estados Unidos, Cuba, España y Rusia, entre otros países.
No menos difícil fue la tarea de compartir sus creencias, ya que al trasladarse a Valdivia con el fin de formar allí una iglesia, obtuvo una fuerte oposición, la que en muchas ocasiones pasó de los límites legales para llegar a la agresión física contra quienes profesaban la libertad religiosa y el derecho a creer conforme a lo que dictaba su conciencia. Varias fueron las ocasiones en que estuvo en peligro la vida de Weiss y sus seguidores. Sin embargo, llegó hasta el último lugar de nuestro país predicando el evangelio de Jesús.
En el mes de marzo de 1910, la naciente Corporación Chilena recibe la visita del Presidente y fundador de la Alianza Cristiana y Misionera en los Estados Unidos, el Pastor Alberto Benjamín Simpson. Viene a conocer todo el trabajo y ministerio desarrollado por Henry Weiss.
A la muerte de Weiss, el 24 de mayo de 1915, Dios envía hombres con la misma pasión y entusiasmo, que seguirán la labor entre los chilenos. Se recuerda como pioneros en el Sur de Chile al misionero Carlos Le Fevre y a su esposa, quien construyó la primera lancha evangelística en las islas de Chiloé, llamada "La Luz". Además de predicar el evangelio, también ayudaba a los lugareños en el transporte, en la salud e higiene, y en el progreso de la zona. Más tarde llegó Juan Bücher, quien construye dos barcos. Más adelante, otras persona con tesón y esmero, dando lo mejor de sus vidas por sus semejantes, volvieron a construir, además de "El Alba", I y II, otros barcos para continuar la tarea emprendida hace algunos años en Chiloé.
Hoy, la Corporación se extiende con sus templos desde Arica a Punta Arenas, teniendo obra y pastores en más de 150 ciudades, y enviando hombres con la misma fe, firmeza de principios y fidelidad a Dios, características en Weiss, a los países de Bolivia y Rusia, con el encargo de que hagan lo mismo que aquel primero que llegó a Chile compartiendo lo que Cristo hace en el corazón del hombre.
La Corporación Alianza Cristiana y Misionera cuenta hoy con alrededor de 12.000 miembros activos y con más de 40.000 simpatizantes, que siguen unidos para servir a Dios y a la patria por medio de diversas formas, como son: templos, hogares para menores, escuelas rurales, imprenta y editorial, institutos de formación superior en teología, librerías y emisoras radiales.
La Corporación Iglesia Alianza Cristiana y Misionera es un organismo autónomo, regido por sus estatutos jurídicos publicados en el Diario Oficial del 20 de marzo de 1979, que modificaron los anteriores del 11 de noviembre de 1920, y reconocida por el Gobierno de Chile, que le otorga personería jurídica por medio del Decreto Supremo N° 2234 del 11 de noviembre de 1920. Su gobierno es congregacional y dirigido por una junta ejecutiva de ocho personas, elegidas democráticamente cada tres años por la asamblea. En la actualidad, su presidente es el Pastor José Mardones Rivera. La Corporación es sostenida por medio de recursos propios, provenientes de aportes generosos de sus miembros.
En concordancia con su creencia y objetivo principal, su tarea es hacer llegar el mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a cada persona, preocupándose de suplir integralmente sus necesidades espirituales, físicas y sociales. La Corporación Alianza Cristiana y Misionera se extiende en apoyo a la labor social del gobierno de nuestro país, dando atención a 200 menores en situación irregular derivados de los juzgados de menores, para lo cual dispone de dos establecimientos propios en Santiago y Linares, subsidiados por el Estado.
Bajo las filas de la Iglesia se encuentran gentes de las más diversas actividades económicas: obreros, empresarios, profesionales, jubilados, etcétera, como también hombres y mujeres venidos de todos los estratos sociales. Niños, jóvenes y adultos, todos unidos con el único fin de que los hombres de Chile y el mundo conozcan toda la gracia y el amor de Dios expresados a través de Jesús.
La Corporación Alianza Cristiana y Misionera es hoy miembro de la Confraternidad Mundial de la Alianza Cristiana y Misionera, con presencia en 54 países.
Estamos convencidos de que Chile tendrá un futuro esplendor si todos llegamos a conocer a Dios y a su hijo Jesucristo por medio de una experiencia personal. Esta será nuestra tarea hasta que Cristo venga.
(Extractado de 18ª Sesión Ordinaria del día miércoles 18 de Diciembre de 1996, del Senado de la República de Chile)